15 de noviembre de 2014

Interacciones farmacológicas comunes

Una interacción farmacológica es la acción que un fármaco ejerce sobre otro, de modo que éste experimente un cambio cuantitativo o cualitativo en sus efectos. En ellas existe un fármaco cuya acción es modificada (a veces de forma beneficiosa, como el uso de β-bloqueantes y diuréticos de forma conjunta) y otro/s que actúan como precipitantes o desencadenantes de la interacción aunque en algunos casos la interacción es bidireccional. Las interacciones pueden ser del tipo Fármaco-Fármaco, o Fármaco-Alimento.

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En una infografía de la página Voxxi, se recogen algunas de las interacciones más comunes entre fármacos, que listo a continuación con algunas pequeñas correcciones, marca de la casa:


  • Paracetamol y algunos antibióticos: la isoniazida, por ejemplo, puede provocar una interrupción en los procesos hepáticos y la disminución del metabolismo y el aclaramiento del paracetamol, llegando a causar hepatotoxicidad. En este caso, no se trata de una interacción peligrosa a evitar per se, pero pueden verse afectados los niveles plasmáticos de algunos antibióticos debido a que ambos fármacos se metabolizan por el hígado, variando de esta forma su eficacia al tratar infecciones.
  • Ácido acetilsalicílico y antidiabéticos: según el gráfico, la Aspirina® aumenta la concentración de fármacos hipoglucemiantes, disminuyendo la glucemia. No se especifica si se trata de fármacos de uso oral o parenteral, pero la Aspirina® suele utilizarse en combinación en pacientes diabéticos para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  • Difenhidramina (antihistamínico de primera generación) y somníferos: la difenhidramina, al atravesar la BHE, tiene como efecto secundario la somnolencia, y cuando se combina con otros fármacos para dormir, pueden producirse problemas a nivel de SNC.
  • Anticonceptivos orales y antibióticos: relativamente comunes, los antibióticos reducen la eficacia de los anticonceptivos probablemente mediante la alteración de hormonas en el torrente sanguíneo. Durante el tratamiento antibiótico, especialmente con rifampicina (usada, por ejemplo, para tratar la tuberculosis), se recomienda a las mujeres que tomen "las patillas" que utilicen otro método anticonceptivo adicional como el preservativo.
  • Anticoagulantes y vitamina K: esta vitamina, contenida en alimentos como las espinacas, la coliflor, las coles de Bruselas, las patatas o la yema del huevo, puede interferir en la acción farmacológica de los anticoagulantes, ya que es un cofactor importante en la coagulación. La diana farmacológica de las cumarinas y la warfarina es la enzima vitamina K epóxido reductasa (VKORC), inhibiendo la reducción de la vitamina K a su forma activa.

Algunas interacciones entre fármacos y alimentos o productos naturales son:

  • Antidepresivos y hierba de San Juan: el Hypericum perforatum es una hierba que tradicionalmente se emplea como cicatrizante y como tratamiento de la depresión, puede producir en combinación con fármacos antidepresivos un síndrome serotoninérgico, que conlleva delirio, agitación, euforia, temblores y diarrea, y puede llegar a ser fatal si no se trata con rapidez. Esta hierba también actúa aumentando el metabolismo de la ciclosporina y del antiviral indinavir, y puede interactuar también con anticonceptivos orales.
  • Consumo de alcohol con antidepresivos y ansiolíticos: esta combinación puede resultar en  un aumento del efecto sedante produciendo somnolencia excesiva, y debe tenerse en cuenta a la hora de conducir.
  • Antihipertensivos y regaliz (Glycyrrhiza glabra): el regaliz contiene glicirricina, que le aporta su sabor dulce, y que, junto a fármacos antihipertensivos, pueden disminuir los efectos de estos. En cantidades elevadas, la glicirricina puede producir pseudoaldosteronismo, que resulta en una hipersensibilidad a hormonas en el córtex adrenal. El pseudoaldosteronismo es  una condición que imita al hiperladosteronismo produciendo hipertensión con baja actividad de renina y alcalosis metabólica asociada a hipokalemia, pero los niveles de aldosterona son normales o bajos.
  • Estatinas y zumo de pomelo: el consumo masivo (casi 2 l/día) de este jugo junto a estatinas hipocolesteremiantes de "baja intensidad" como simvastatina o lovastatina, puede causar daño renal y rabdomiolisis (daño de las células musculares con liberación de su mioglobina, que producen fallo renal) por disminuir el metabolismo de las estatinas. También puede interaccionar con fexofenadina (un antihistamínico) y amiodarona (un antiarrítmico).
  • Broncodilatadores y café: los fármacos usados para tratar el asma, como los agonistas βpueden interaccionar con la teofilina del café y el té u otras bebidas que la contengan, ya que podrían producir una elevación del ritmo cardiaco y en consecuencia de la presión sanguínea.
drug intreractions infography

La infografía, original de la página Saludify, termina con algunas reglas generales para evitar las interacciones farmacológicas como:
  1. No tomar nunca medicación con alcohol.
  2. Preguntar al farmacéutico sobre interacciones comunes entre fármacos, especialmente en los medicamentos de venta libre (dispensados sin receta médica).
  3. No combinar medicación sin prescripción médica.
  4. No asumir que los productos naturales son 100 % seguros, y que no interaccionan con medicamentos con receta.
  5. Tomar la medicación solamente con agua, a no ser que se especifique lo contrario.
  6. Dedicar tiempo a leer la etiqueta con advertencias para el uso de los fármacos que viene en los envases.