29 de noviembre de 2016

¿Por qué sentimos mariposas al enamorarnos?

La respuesta está en el balance de hormonas y neurotransmisores.


robin williams Annabella Sciorra más allá de los sueños escena cuadro felices vestido rojo Au-delà de nos rêves red dress Al di là dei sogni

En la fase inicial del enamoramiento, cuando se nos acelera el corazón al ver a nuestro amado o amada, aumentan el cortisol u hormona del estrés, la dopamina (placer y recompensa) y la oxitocina (confianza, apego). También disminuye la serotonina, al igual que ocurre curiosamente en el TOC (“no puedo dejar de pensar en…”). 

Más establecida la relación sentimental, cuando vemos a la persona que nos inspira confianza, aumentan la dopamina y la oxitocina, además de la serotonina y endorfinas. Disminuye el cortisol al sentirnos a gusto: sentimos “mariposas” al ver al objeto de nuestros afectos.


"¿Por qué sentimos mariposas al enamorarnos?" fue publicado originalmente el 22 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.

Adaptado de "La química del amor: ¿por qué sentimos mariposas al enamorarnos?", publicado en este mismo blog.

23 de noviembre de 2016

Top 5 de películas relacionadas con… Farmacología

1. Despertares (Awakenings. Dir. Penny Marshall, 1995)

Basada en el libro homónimo del neurólogo Oliver Sacks y protagonizada por actores de la talla de Robin Williams y Robert De Niro, este filme trata no solo sobre la novedosa aplicación del precursor metabólico levodopa para paliar los efectos de la encefalitis letárgica, una enfermedad que entonces se creía que era causada por un virus y dejaba a los que la sufrían en estado vegetativo, sino también sobre la relación entre profesionales sanitarios y pacientes en un ficticio hospital para enfermos crónicos.
1

2. Fuego en la sangre (Fire in the Blood. Dir. Dylan Mohan Gray, 2012)


Documental indio que pone en jaque el oligopolio de las grandes empresas farmacéuticas y, más concretamente, critica sus prácticas con la disponibilidad de antirretrovirales de bajo coste en países en vías de desarrollo. Analiza, entre otras, la estrategia de comercializar fármacos como lamivudina y zidovudina combinados en dosis fijas para alargar la fecha de expiración de patentes de medicamentos.
2

3. La fórmula de la felicidad (Better Living Through Chemistry. Dir. G. Moore, D. Posamentier, 2014)


La tediosa y monótona vida de un farmacéutico comunitario (Sam Rockwell) se ve alterada por completo cuando aparece en su vida una espectacular mujer que trastoca su forma de ver los fármacos a los que tiene acceso (y los que puede sintetizar él mismo). Estimulantes, hipnóticos, alucinógenos… Este cóctel afecta hasta límites insospechados la aparente normalidad de su pequeña comunidad.
3

4. Dallas Buyers Club (Dir. Jean-Marc Vallée, 2013)


Oscarizada película con Matthew McConaughey y Jared Leto basada en hechos reales. Cuenta la historia de Ron Woodroof, diagnosticado de SIDA en la década de los 80. Lejos de tirar la toalla pese a las poco esperanzadoras perspectivas, Woodroof comienza a conseguir y distribuir a otros pacientes medicación, entre ella el AZT. Este inhibidor de la transcriptasa inversa no estaba aprobado por la FDA, así que el protagonista busca maneras alternativas de conseguirlo y experimenta consigo mismo los efectos del péptido T, zalcitabina e interferón alfa.
4

5. Prozac Nation (Dir. Erik Skjoldbjærg, 2001)


Lizzie Wurtzel (Christina Ricci) es una estudiante de Periodismo que bajo una gran presión y el abuso de cocaína y marihuana comienza a mostrar signos de un trastorno del estado de ánimo. Diagnosticada más tarde de depresión mayor, Lizzie se ve forzada a abandonar sus estudios y pasar por una larga terapia psiquiátrica y farmacológica hasta dar con el neuroléptico que palía sus cambios bruscos de humor y sus pensamientos suicidas.
5
"Top 5 de películas relacionadas con… Farmacología" fue publicado originalmente el 5 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.

16 de noviembre de 2016

¿Qué ocurre cuando nos tragamos un chicle?

A veces los accidentes ocurren, y muchos nos hemos tragado algún que otro chicle. Luego están las leyendas que dicen que se nos pegan a las tripas, o que tardan meses o años en digerirse. 

grease didi conn frenchy bubble gum bubblegum pink lady scene beauty school dropout brillantina vaselina randal kleiser

En realidad, la inmensa mayoría de las veces simplemente pasa por nuestro tracto gastrointestinal como cualquier alimento, sin pena ni gloria.

Pero a pesar del peristaltismo (movimientos de contracción del tubo digestivo que permiten el paso del bolo alimenticio, el quimo y el quilo a través) y los ácidos estomacales, la base del chicle no se digiere del todo y su valor nutricional, ya de por sí discreto, no nos aporta apenas sustancias de provecho.


"¿Qué ocurre cuando nos tragamos un chicle?" fue publicado originalmente el 8 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.

9 de noviembre de 2016

¿Se metía Hitler de todo?


Parece ser que sí.

Según el periodista y escritor alemán Norman Ohler en su libro "Der Totale Rausch: Drogen im Dritten Reich", el líder del partido Nazi, que originalmente se negaba a consumir cualquier tipo de “toxina” (incluida la cafeína), sucumbió a los encantos de la oxicodona que le prescribió el médico Theodor Morell en 1941.

Durante años, se inyectaba varias veces al día este analgésico opioide para tratar sus dolores intestinales. Pronto se volvió adicto a la sustancia, que alternaba con dosis de cocaína en forma de gotas óticas prescritas para una perforación bilateral del tímpano que le produjo la explosión de la operación Valkiria, en la que casi murió.

Además, su médico también le administró por vía intravenosa "Eupaverin", que contenía el inhibidor de la fosfodiesterasa moxaverina para sus trastornos gastrointestinales, también metanfetamina y, hasta en 24 ocasiones, "Eukodal", una mezcla de heroína y cocaína que tenía efectos analgésicos y le provocaba euforia. Entre 1943 y 1944, llegó a desarrollar dependencia hacia este cóctel.


"¿Se metía Hitler de todo?" fue publicado originalmente el 1 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.