El 6 de agosto de 1945, el ejército de los Estados Unidos de América lanzó su bomba atómica "Little Boy" a las 8:15 de la mañana sobre la ciudad de Hiroshima. El proyectil era de Uranio-235, y el poder explosivo de la fisión nuclear provocó una onda expansiva de fuego y presión en un radio de 3,2 km. Tres días después, otra bomba atómica llamada "Fat Man", esta vez de plutonio, era detonada sobre Nagasaki. El emperador Hirohito de Japón anunció la rendición del país unos días más tarde, dando fin a la Segunda Guerra Mundial.
Fotograma de "Hiroshima" (Barefoot Gen) mostrando el Memorial de la Paz de Hiroshima o Cúpula Genbaku. |
La radiación térmica, que en el caso de Hiroshima alcanzó la temperatura de 3000ºC en el momento inicial de la explosión, se propaga en línea recta, lo que significa que cuando es bloqueada por un objeto, crea una sombra. Estas sombras pueden observarse todavía en Hiroshima y en Nagasaki (Japón) en consecuencia de los bombardeos atómicos de 1945.
En algunos casos, se encontraron sombras de personas, plantas y objetos en la posición que estaban en el momento de la detonación de la bomba, como el ejemplo de la imagen inferior, pero no quedó rastro de los cuerpos de estas debido a que el calor generado en la explosión los vaporizó, dejando una sombra permanente detrás.
Las sombras actualmente quedan como recordatorio de una salvajada sin precedentes que tuvo repercusiones biológicas y psicológicas durante décadas. Y habrá quien siga negando la naturaleza violenta de los primates, con la jerarquía social que hemos heredado.
Sombra permanente de un hombre y una escalera de madera en Nagasaki. |