En 2014, un artículo de unos investigadores de la Universidad de Beijing publicado en la revista Environmental Science and Technology dio la alerta: la mezcla de orina humana con el cloro presente en las piscinas es peligrosa y puede provocar problemas de salud potenciales.
El cloro se adiciona al agua para mantener a raya la concentración de microbios causantes de enfermedades en las piscinas, pero cuando el sudor y el ácido úrico (heterociclo de fórmula C5H4N4O3) presente en el orín entran en juego, pueden producirse subproductos inorgánicos volátiles como la tricloramina (NCl3, también llamada tricloruro de nitrógeno) y el cloruro de cianógeno (CNCl). El primer compuesto está asociado a problemas pulmonares tras una exposición prolongada, así como el segundo, que además puede causar problemas cardiacos y a nivel del SNC.
Ambos se produjeron hacia los 60 minutos del comienzo de la reacción, mientras los investigadores analizaban por medio de espectrometría de masas el modelo creado, midiendo las concentraciones de estos productos de la cloración. Al tener naturaleza volátil, estos compuestos tendían a acumularse en los estratos más superficiales del agua, aunque de forma heterogénea. La tricloramina se formaba en la primera hora de la reacción, disminuyendo su concentración rápidamente después, y el cloruro de cianógeno alcanza su pico de concentración por la cloración del ácido úrico hacia las ocho horas del comienzo.
Pero, ¿cuánta orina haría falta para convertir una piscina en un charco de la muerte?
Esa misma pregunta se la formularon a la revista Ars Technica, que realizó los cálculos para una piscina olímpica (de 5 x25 m y 2.500.000 l o 2.500 m3 de volumen agua):
- El cloruro de cianógeno causa efectos tóxicos graves en humanos por encima de los 2,5 mg/l, llegando a causar coma, convulsiones y la muerte.
"¡AHH! ¡¡La Muerte!!" "Abuelo, es Maggie otra vez...". |
- Según estas mismas cuentas, para llegar a esa concentración en una piscina olímpicas, se necesitarían nada más y nada menos que 3.000.000 de personas evacuando 0,8 l de orina concentrada en extremo de sus vejigas.
- Además, se necesitaría una concentración elevada de cloro en el agua de la piscina para que pudiera reaccionar con todo el ácido úrico, y así obtener de producto de la reacción cloruro de cianógeno suficiente para producir un coma. Luego la proporción agua:cloro final sería de 2:1.
- Con esta concentración de cloro, seguramente las personas sentirían unas molestias bastante desagradables en piel y mucosas, y finalmente se derretirían cual nazi en Indiana Jones.
Conclusión: antes de alcanzarse una concentración suficiente de cloruro de cianógeno que pudiera causar un coma o la muerte, la gente se desharía en un charco como un gremlin a causa del cloro necesario para que se produzca la reacción.
¿Qué pasaría en el agua del mar?
Si habláramos del agua del mar, por otro lado, ahí el impacto de la orina humana es menor debido a su composición de un 95 % de agua e iones cloruro, que ya se encuentran también presentes de forma natural en el océano. El compuesto orgánico urea, de fórmula CO(NH2)2, sin embargo, sí que puede ser perjudicial para la vida marina aunque en ocasiones, controlando las dosis, se utilice para fertilizar fitoplancton.
Todo es cuestión de concentraciones: como se le atribuye a Paracelso, "la dosis hace el veneno" (sola dosis facit venenum).
Estructura de la urea, descubierta por Friedrich Wöhler. |
Todo es cuestión de concentraciones: como se le atribuye a Paracelso, "la dosis hace el veneno" (sola dosis facit venenum).
Fuentes:
Johnson, C (2014): How much pee in a pool would kill you? Ars Technica
Lian, L et al. (2014): Volatile disinfection byproducts resulting from chlorination of uric acid: implications for swimming pools. Environmental science & technology, 48(6), 3210-3217
Esta entrada participa en el XLIX Carnaval de la Química alojado en el blog Radical Barbatilo de @JGilMunoz.