La respuesta está en el balance de hormonas y neurotransmisores.
En la fase inicial del enamoramiento, cuando se nos acelera el corazón al ver a nuestro amado o amada, aumentan el cortisol u hormona del estrés, la dopamina (placer y recompensa) y la oxitocina (confianza, apego). También disminuye la serotonina, al igual que ocurre curiosamente en el TOC (“no puedo dejar de pensar en…”).
Más establecida la relación sentimental, cuando vemos a la persona que nos inspira confianza, aumentan la dopamina y la oxitocina, además de la serotonina y endorfinas. Disminuye el cortisol al sentirnos a gusto: sentimos “mariposas” al ver al objeto de nuestros afectos.
En la fase inicial del enamoramiento, cuando se nos acelera el corazón al ver a nuestro amado o amada, aumentan el cortisol u hormona del estrés, la dopamina (placer y recompensa) y la oxitocina (confianza, apego). También disminuye la serotonina, al igual que ocurre curiosamente en el TOC (“no puedo dejar de pensar en…”).
Más establecida la relación sentimental, cuando vemos a la persona que nos inspira confianza, aumentan la dopamina y la oxitocina, además de la serotonina y endorfinas. Disminuye el cortisol al sentirnos a gusto: sentimos “mariposas” al ver al objeto de nuestros afectos.
"¿Por qué sentimos mariposas al enamorarnos?" fue publicado originalmente el 22 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.
Adaptado de "La química del amor: ¿por qué sentimos mariposas al enamorarnos?", publicado en este mismo blog.