Dimorfismo sexual en humanos: ¿las mujeres son de Venus, y los hombres de Marte?

El dimorfismo sexual, las diferencias genotípicas pero sobre todo fenotípicas entre hombres y mujeres, y entre machos y hembras de otras especies, es algo que siempre me ha fascinado.

En animales como los titís pigmeos (Cebuella pygmaea), la diferencia principal es que las hembras pesan algo más que los machos, mientras que en el caso de los pavos reales (Pavo cristatus), además hay dicromatismo: los machos poseen un plumaje o téctrix de colores mucho más vistoso para atraer a las hembras.

Leyendo un poco sobre el tema, y centrándome en las diferencias que se dan en humanos, varios artículos relatan las diferencias fisiológicas, que vienen determinadas por la expresión o silenciación de genes regidos por la ausencia o presencia del cromosoma sexual o gonosoma Y, cuya cantidad tras la meiosis y el proceso de reacción acrosómica en cada individuo varía desde 0 cromosomas Y a 1 (en la mayoría de los casos, si no se han producido deleciones o replicaciones).

Más llamativas en las gónadas y su analogía estructural, en los caracteres sexuales secundarios y la complexión también encontramos diferencias como que, generalmente:

• La razón o ratio cintura-cadera en hombres es mayor, y las caderas femeninas tienen una forma diferente para poder alojar y parir bebés de cabeza relativamente grande.
• El cartílago tiroideo o nuez de Adán es más pronunciado en hombres.
• El cráneo masculino es de mayor tamaño, y con arcos supraciliares y otras facciones más marcadas.
• El cerebro, en consecuencia, también es de mayor tamaño y muestra diferencias en la proporción materia blanca-materia gris. Además, las mujeres tienen las áreas de Wernicke y de Broca (relacionadas con el procesamiento del lenguaje) más desarrolladas.
• La presión arterial en mujeres es menor que en hombres, y su FC es basalmente mayor.
• La distribución de pelo en el cuerpo de los hombres tiene mayor extensión (vello androgénico), y la piel masculina es además más gruesa y rica en colágeno que la femenina.

• Las hormonas predominantes son estrógenos en mujeres, mientras que en hombres es la testosterona.
• Las mujeres suelen tener un porcentaje de grasa corporal mayor que los hombres.
• El hematocrito presenta diferencias entre sexos: en mujeres el número de eritrocitos es menor, pero tienen mayor proporción de células blancas, linfocitos y granulocitos, y producen anticuerpos a mayor velocidad que los hombres.

Desde el punto de vista de otros aspectos relacionados con la salud, el rasgo más característico es que las mujeres tienen una esperanza de vida media mayor que los hombres, pero merece la pena nombrar otra vez las enfermedades ligadas a los cromosomas sexuales, y por tanto más frecuentes en hombres (XY). Pueden ser de tipo recesivo ligadas al cromosoma X (como el daltonismo, las hemofilias A y B o la distrofia muscular de Duchenne), o de tipo dominante (síndrome de Rett).

Ejemplo de árbol gnético mostrando hombres afectados por una enfermedad de
carácter recesivo ligada al cromosoma X, con mujeres portadoras pero nunca enfermas.
Hay que ver, cómo me gustaban estos diagramas de Genética.

Otras patologías afectan de forma diferente a ambos sexos, por razones obvias como en el caso del cáncer de ovario o la endometriosis en mujeres, y el cáncer de próstata en hombres. Tras la menopausia, el risgo de padecer osteoporosis aumenta, y los casos de enfermedad cardiovascular se equiparan a los de hombres.

En cuanto a desórdenes de tipo psiquiátrico, los hombres son más propensos a caer en conductas compulsivas relacionadas con sustancias de abuso, mientras que las mujeres lo son con desórdenes de la alimentación, enfermedad de Alzheimer y depresión.

Fuente:

Wikipedia: Sexual dimorphism