23 de diciembre de 2015

Té verde: ¿dos caras de la misma moneda?

Riquísimo en antioxidantes y polifenoles como catequinas, taninos, flavonoides y teaflavinas, el verde constituye aproximadamente un 20 % del total de té que se bebe en todo el mundo. Consumido desde hace milenios y tradicionalmente usado como astringente y cicatrizante, en las últimas décadas se le han atribuido numerosos efectos beneficiosos para la salud.



Los beneficios


El té verde es capaz de reducir el riesgo de padecer enfermedades coronarias baja los niveles de colesterol total y aumenta los de HDL o "colesterol bueno". También se ha escrito que, en estudios poblacionales, ha demostrado tener un papel en la protección contra varios tipos de cáncer, pero la evidencia sobre esta afirmación no está muy clara. 

Puede ayudar a paliar síntomas de enfermedad intestinal inflamatoria, mejora el control de la glucemia en diabetes mellitus tipo 2, y puede ser útil en la pérdida de peso por estimular la lipólisis en adipocitos.

Se ha estudiado también que, por sus propiedades antimicrobianas, es efectivo en la prevención de caries, y por sus efectos antiinflamatorios, sus extractos son útiles en el tratamiento de la artritis reumatoide y en otras afecciones como verrugas genitales externas causadas por el virus del papiloma humano.

El té verde es maravilloso, ¿verdad? No del todo...


El lado (un poco más) oscuro


Aunque parece una panacea, muchos de los estudios que sostienen estos efectos beneficiosos son estudios preliminares aún no contrastados, y en ocasiones contradicen a otros ya publicados y aceptados.

La Natural Medicines Comprehensive Database no califica al té verde como "efectivo" en ninguna de las indicaciones que se le atribuyen. Lo categoriza como "probablemente efectivo" para el tratamiento de las verrugas genitales y la hiperlipidemia, además de causar un estado de alerta mental, nos arriesgamos a deducir que por su contenido en esa base xántica llamada cafeína. Su efectividad en otras enfermedades pasa desde "posiblemente efectivo" en enfermedad coronaria arterial, hipotensión, osteoporosis o cáncer de endometrio u ovarios, hasta "insuficientemente fiable" para el cáncer colorrectal, diferentes tipos de cáncer y acné, entre otros. Estudios afirman que en realidad el riesgo de padecer cáncer crece o no se ve afectado en absoluto.

Además el té verde puede interferir con diversos fármacos como algunos usados en quimioterapia. En concreto produce una interacción de tipo sinérgico con antineoplásicos como la doxorrubicina y el tamoxifeno. Otros fármacos afectados por el consumo de té verde son la warfarina (un anticoagulante oral), los IMAOs (inhibidores de la monoamina oxidasa, medicamentos antidepresivos), antibióticos del tipo quinolonas como el ciprofloxacino, y más. Se puede consultar una lista más extensa en MedlinePlus.


El polémico caso


En mayo de 2015, una mujer estadounidense de Fort Wayne, Indiana denunció  a la compañía internacional Arbonne, alegando que un producto comercializado por la marca a base de extractos de té verde contenía, según la acusación, niveles tóxicos de té, que le provocaron un fallo hepático agudo tras seis semanas de "tratamiento" con el producto, que le prometía efectos quemagrasa milagrosos.

Desarrolló letargo e ictericia, llegó a ser hospitalizada y diagnosticada de la afección hepática. No tenía antecedentes de enfermedades del hígado como hepatitis vírica ni presentó factores de riesgo como abuso de alcohol.

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La evidencia científica


A raíz de este mediático caso, poco a poco han ido apareciendo más estudios que sugieren que el té verde podría producir daño hepático. Desde 2009, la FDA avisó a los consumidores de que la gama de productos para perder peso Hydroxycut®, que contenía entre otros ingredientes extracto de té verde, podía producir daño en el hígado potencialmente.

En España, se suspendió en 2003 el fármaco Exolise® (galato de epigalocatecol), un medicamento preparado a partir de un extracto hidroalcohólico de hojas de té verde rico en catecoles, que se recomendaba como complemento de regímenes para adelgazar. Desde su comercialización por Arkopharma en 1999, se notificaron 13 casos de afecciones hepáticas en pacientes que lo consumieron, cuatro de ellos fueron notificados en nuestro país. Estos casos poco frecuentes (1/100,000) aparecían como promedio 50 días después del comienzo del tratamiento.

En 2009, científicos de la Universidad de Roma realizaron una revisión bibliográfica de artículos publicados entre 1999 y 2008, e identificaron 34 casos de daño hepático relacionados directamente con el consumo de té verdeEsos mismos autores publicaron en 2015 un artículo en la revista Archives of Toxicology en el que encontraron una correlación causística probable en más del 20 % de los casos, y posible en más del 50 %, analizando bibliografía publicada a partir de 2008.

Una revisión sistemática de la seguridad de extractos de té verde llevada a cabo por la Farmacopea de EEUU en 2008 y publicada en Drug Safety concluyó que un 15.7 % de las alertas de seguridad relacionadas con estos productos eran por daño hepático, siendo posible la correlación en un 73 % de los casos, y probable en el resto.




Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Es seguro o no?


La Natural Medicines Comprehensive Database clasifica al té verde como "probablemente seguro" cuando se emplea como bebida en cantidades moderadas, y "posiblemente seguro" cuando se utiliza en extractos hasta seis meses seguidos.

En el otro extremo, usado de forma oral a largo plazo y en dosis muy elevadas se considera "posiblemente no seguro" debido a su contenido en cafeína. Se cita una larga lista de efectos adversos, entre ellos el omnipresente fallo hepático, y además nombran una serie de interacciones con suplementos y fármacos, que ya hemos comentado.

Sobre los polifenoles, por otro lado, en un artículo que discutía sus beneficios y sus riesgos, hay consenso sobre sus beneficios biológicos en la prevención de cáncer y enfermedades cardíacas, pero hay que tener en cuenta la ausencia de investigación en los posibles efectos adversos de los estos compuestos, ya que hay un vacío en lo que a la seguridad de los suplementos a base de plantas se refiere.

audrey tautou tea the té film Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain

A día de hoy, no hay una evidencia contundente de que el té verde provoque fallo hepático, yo por lo menos seguiré disfrutando de una taza de té verde o dos al día, porque, como decía Paracelso y ya hemos repetido en alguna ocasión en el blog: "sola dosis facit venenum".



Fuentes:
University of Maryland Medical Center: Green tea
MedlinePlus (U.S. National Library of Medicine)Té verde
Lambert, JD et al. (2007): Possible Controversy over Dietary Polyphenols: Benefits vs Risks
Mazzanti, G et al. (2009): Hepatotoxicity from green tea: a review of the literature and two unpublished cases
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS): Ref: 2003/03 Suspensión de comercialización de la EF Exolise®: Extracto etanólico de té verde

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tal y como indicáis en el artículo, hay numerosas evidencias de que tomar té verde es bueno para la salud pero como todo hay que tomarlo en su justa medida. También es importante tener en cuenta la calidad del té. No es lo mismo tomar un té verde en bolsitas que apenas lleva antioxidantes pq se ha elaborado a partir de las hojas más viejas de la planta que además llevan mucho flúor que tomar té a granel de calidad que si que tiene un alto nivel de polifenoles.
Por otro lado, hay bastantes estudios que indican que tomar extractos de té verde es perjudicial para la salud pq atacan al hígado, pero está claro que eso no es un producto natural sino que ha sido fabricado en un laboratorio y el nivel de polifenoles que lleva es demasiado alto.

Saludos!

AJLS dijo...

Dama o caballero bebedor de té, quería puntualizarle algunas cosas que en mi modesto entender, chirrían.
En el artículo que comentamos quiero entender que no son tan numerosas las evidencias en cuanto a la excelencia de la degustación de té verde. Me remito al epígrafe que viene a continuación de la taza de té decorada con los motivos del disco insigne de Pink Floyd; en ese párrafo, si se fija, verá un buen resumen de la evidencia en torno a los efectos de esta bebida.
En segundo lugar, querría hacerle ver algo que no es que chirríe, es que es una motocicleta de adolescente intentando llamar la atención del respectable: no tiene demasiado sentido decir que es mejor el té que los extractos de té en cuanto a la cantidad de polifenoles, flúor (anodadado me hallo) y otras moléculas que usted cita. Está ampliamente demostrado, y un poco de lectura crítica debería ser suficiente para entender, que los principios activos de origen natural producen más efecto una vez purificado en laboratorio, vehiculizados de manera que el aprovechamiento por nuestro organismo sea mejor y optimizados para un mejor metabolismo. Un ejemplo de ello es que no chupamos ramas de sauce blanco, en su lugar tomamos ácido acetil salicílico (o aspirina). ¿Por qué esta pedante introducción para plantear mi argumento? ¿Era necesaria? A lo segundo:seguramente no. A lo primero: si sigue mi razonamiento, el problema en la toxicidad de los extractos de té verde (sea lo que sea eso) no está en la naturalidad del extracto (qué bonito debate sería este sobre qué es natural y qué no), sino en la dosificación efectiva del preparado en laboratorio. Lo que quiero decir, y lo explico de otra manera para que se entienda, es que el problema no está en la fabricación in vitro del extracto (aunque juraría que si es un extracto se parte de hojas de té, con lo que todo es "natural", signifique lo que signifique "natural"), si no que, más bien, en que alguien ganó un dinero que no merecía puesto que la pifió indefectiblemente en el proceso de diseño industrial.
Y ahora acabo con una reflexión importante para mi, no tanto por el tema del té mas por los medicamentos. Uno toma un té y no sabe cuanto polifenol, antioxadantes varios o flúor (¿es en serio?) hay disueltos en su taza; lo mismo para un remedio herbal; con un remedio homeopático uno está seguro de que no le va a pasar nada -ni curarse- puesto que azúcar es lo único que va a ingerir. Sin embargo, y esto es lo importante, un medicamento testado y aprobado por las diversas instituciones es infinitamente más seguro. Que puede dar problemas, por supuesto. Que algunos los han dado y de forma vergonzosa, efectivamente. Pero uno se la juega mucho menos con un medicamento que con remedios. La diferencia es como intentar volar con las alas del mítico Ícaro o con un transbordador espacial.

Un saludo