Sir Arthur Conan Doyle, el autor de la serie de novelas policiacas de Sherlock Holmes, ferviente defensor del espiritismo y oftalmólogo a tiempo parcial, también hizo sus pinitos como investigador cuando decidió indagar los efectos de la tintura de cierta planta sobre el modelo más apropiado que encontró: él mismo.
La planta en particular era, probablemente, la especie Gelsemium sempervirens, conocida en castellano como gelsemio, y el año era 1879. En el British Medical Journal se publicó la carta del entonces desconocido veinteañero estudiante de Medicina de la Universidad de Edimburgo. La carta se titulaba "Gelsemium como veneno" (Gelsemium as a Poison), y relataba cómo Arthur Conan se administró a sí mismo una dosis pequeña de la tintura de gelsemio y fue aumentándola día tras día hasta que no pudo aguantar más los síntomas tóxicos, que consistían principalmente en diarrea persistente, dolor de cabeza frontal severo y una importante depresión.
Flores de Gelsemium sempervirens. Fuente. |
El experimento
Su intención con este experimento era determinar la dosis mayor tolerada por una persona de esta tintura, y describir los síntomas primarios de una sobredosis.
Durante el periodo de experimentación, Doyle midió cuidadosamente la dosis de tintura que tomaba (medida en "minims", una medida imperial de volumen que equivale a una gota o unos 0,0616 ml), evitó consumir tabaco y se administró la dosis por vía oral a la misma hora todos los días.
- A dosis bajas de entre 40 y 60 minims de tintura no observó efectos.
- Tras la ingesta de 90 minims (5,54 ml), a los 20 minutos experimentó mareos.
- A los 120 minims, el mareo fue más leve, pero experimentó problemas de visión y una parálisis leve.
- Los efectos psicológicos desaparecían a los 150 minims (9,25 ml), pero seguía percibiendo dolores de cabeza además de diarrea.
- Finalizó su autoexperimentación el octavo día, tomando la cantidad de 200 minims o 12,32 ml. Le provocó una diarrea persistente, dolor de cabeza y notó el pulso más leve.
Los resultados
Las conclusiones de sus pesquisas, cual Sherlock Holmes de las drogas naturales, fueron dos:
Primero, estableció que adultos sanos podían tomar hasta 90 minims sin sentir efectos secundarios, y que a dosis altas, a pesar de los efectos indeseados, podría desarrollarse tolerancia como en el caso del opio.
Aseguró además que la tintura de Gelsemium era útil en el tratamiento de neuralgias o dolores neuropáticos, y también aliviando mareos. En general, describió los resultados como una "sensación de bienestar" perceptible.
¿Qué compuesto produjo estos efectos en el pobre (pero atrevido) Arthur Conan?
Entre los cientos de compuestos que se pueden encontrar en plantas del género Gelsemium, la gelsemina es uno de los que tiene mayor actividad. Se trata un alcaloide cuyo mecanismo de acción es contrario al del veneno estricnina, ya que actúa como agonista sobre los receptores inhibitorios de glicina y por lo tanto ralentiza la acción de las neuronas motoras.
Diferenciemos la gelsemina de la adorable Gelsomina (del italiano "gelsomino": jazmín). |
En ensayos realizados sobre modelos animales se encontró que el receptor de glicina α3, que se encuentra en la médula espinal, al ser activado estimula la producción de aloprenanolona, un esteroide capaz de inducir analgesia por un mecanismo relacionado con los canales de calcio tipo T. Estos canales tienen un importante papel regulando la contracción muscular, concretamente la del corazón, pero también determinadas isoformas están relacionadas con la causa del dolor neuropático, como es el caso de la neuropatía diabética.
¿Cuál es la relevancia de su experimento?
La ya mencionada aloprenanolona está vinculada con receptores GABA (los que responden al neurotransmisor ácido γ-aminobutírico), actuando como modulador alostérico positivo de estos y reduciendo en consecuencia la ansiedad y la depresión, que puede reflejarse en una sensibilidad al dolor subjetiva disminuida. En otras palabras, que te da un poco igual si te duele algo o no.
El papel de la gelsemina y los extractos de Gelsemium como analgésicos en casos de dolor neuropático crónico o como ansiolíticos se ha confirmado en estudios farmacológicos recientes, aunque su extremadamente compleja síntesis química de una veintena de etapas y un rendimiento del 1 % tira para atrás y es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los científicos.
Fuentes:
Fiks, A. P. (2003). Self-experimenters: sources for study (p. 63)
Doyle, A.C. (1879): Gelsemium as a Poison, British Medical Journal 2.977
Brower, J. (Nature's Poisons, 2014): Gelsemium and Sir Arthur Conan Doyle, the Self-Poisoner
Fiks, A. P. (2003). Self-experimenters: sources for study (p. 63)
Doyle, A.C. (1879): Gelsemium as a Poison, British Medical Journal 2.977
Brower, J. (Nature's Poisons, 2014): Gelsemium and Sir Arthur Conan Doyle, the Self-Poisoner
Esta entrada participa en la LII edición del Carnaval de Química, alojada en el blog El celuloide de Avogadro de @CeluloideA.
1 comentario:
Bastante interesante, a pesar de ser fan de este gran señor no tenía ni idea que se que dedicaba a esto en sus tiempos libres XD
Un saludo
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