En mayo de 2014, hubo mucha controversia después de que un reo condenado a la pena de muerte por inyección letal en la prisión de Oklahoma agonizara durante 43 minutos tras haber buscado una vena apropiada para la administración intravenosa (IV) del cóctel mortal durante 51 minutos. Finalmente se decidió usar la vena femoral a través de la ingle para coger la vía, que posteriormente falló y prolongó el proceso innecesariamente.
Como ya comentamos en otra ocasión, las inyecciones letales de composición "clásica" que se administran en EEUU suelen componerse de tres tipos de fármacos diferentes, todos ellos administrados por vía IV:
Pentotal sódico
2–5 g. anestésico de acción rápida y corta duración.
Bromuro de pancuronio
100 mg, paralítico o relajante muscular. También pueden emplearse cloruro de tubocurarina, que originalmente era un alcaloide de la enredadera Chondodendron tomentosum que se usaba como veneno de flechas en Sudamérica o "curare", o cloruro de succinilcolina para este fin.
Cloruro potásico
100 mEq, para producir un paro cardiaco. Es una sal metálica de haluro que, en grandes dosis, causa una hiperkalemia o hiperpotasemia, un trastorno hidroelectrolítico caracterizado por una elevación del potasio en plasma que produce problemas cardíacos como arritmias, y eventualmente coma.
Actualmente, se están probando nuevos protocolos como el de Ohio, que consiste en iniciar el cóctel de fármacos con 10 mg de midazolam por vía intramuscular (IM), que es un ansiolítico e hipnótico, junto a 40 mg IM de hidromorfona, un analgésico opioide derivado de la morfina.
En la prensa parece que se ha ido un un poco de las manos el tema de la pena de muerte por inyección letal, llegando a acusar a laboratorios españoles de suministrar los fármacos que la componen con este fin. Teniendo en cuenta que no incumplen ninguna normativa y esos fármacos se fabrican igualmente para uso en clínica, no comprendemos muy bien a qué viene este ensañamiento.
Además, podemos encontrar también en la prensa relatos llevados al gore como "(...) cuando el médico de la prisión estatal de Oklahoma le inyectó por vía IV dos dolorosos fármacos que le hicieron retorcerse de angustia y dolor, ante la mirada horrorizada de los testigos".
Además, podemos encontrar también en la prensa relatos llevados al gore como "(...) cuando el médico de la prisión estatal de Oklahoma le inyectó por vía IV dos dolorosos fármacos que le hicieron retorcerse de angustia y dolor, ante la mirada horrorizada de los testigos".
Sin entrar en aspectos éticos, el fallo que tuvo lugar en la ejecución de Clayton Lockett se debió a que el catéter fue colocado en la vena femoral pero éste se movió y comenzaron a administrarse los fármacos de forma intramuscular sin que el flebólogo (al parecer sin licencia, añado) a cargo de la ejecución se diera cuenta y pudiera corregir el error. Por esto se alargó de manera sobrante el sufrimiento de este hombre.
Fuente:
Kulp-Ressler, T. (2013): An Independent Autopsy Figured Out How Oklahoma Botched That Execution So Badly. Think Progress